☕ Fue un fin de semana largo. Nos encontramos en “La Giralda”, un café notable con historia. Como nosotras.
👩🦳 Dos madres a las que les robaron a sus hijos.
👧 Dos hijas a las que les negaron su historia de origen.
📍 Cuatro mujeres, cuatro historias entrelazadas por el horror… y la búsqueda.
🎙️ Hablamos.
Escuchamos sin interrumpirnos.
Lloramos.
Sostuvimos silencios.
Nos miramos a los ojos.
Y entendimos.
💬 Entendimos que, más allá del dolor, podíamos ser levadura que fermenta amor.
Que no queríamos excluir a nadie. Que todas las personas buscadoras importan.
💔 Aparecieron los relatos de partos sin bebés.
⚰️ De muertes que nunca fueron comprobadas.
👩⚕️ De médicos, enfermeras y curas involucrados en lo aberrante.
👁️ Y de silencios que duelen más que los gritos.
✨ Una hija criada por una madre de crianza se animó a llorar con nosotras.
Escuchándonos comprendió que quizás su existencia implicó el dolor de otra mujer.
Una mujer como nosotras.
Y entonces hablamos del conflicto de lealtades, de las huellas que quedan en el cuerpo y en el alma:
🧬 La transmisión psíquica intrauterina
🔗 y la que heredan de quienes los crían.
🧠 También hablamos de la fragilidad del psiquismo materno.
Del horror de parir y que te digan que tu hijo murió sin prueba alguna.
Del espanto mayor: descubrir que todo fue mentira.
Salimos distintas.
🌱 Más blandas. Más humanas. Más juntas.